domingo, 7 de febrero de 2010

Nuevo mosaico del Cristo de la Sentencia

MÁLAGA. BENDICIÓN DE UN MOSAICO DEL CRISTO DE LA SENTENCIA.

El sábado 6 de febrero se vivió en el centro de Málaga un preludio cuaresmal, en pleno carnaval. Este día era el escogido para la presentación del cartel Rey de Reyes, de la asociación cultural Mi propio sentir, para lo cual vino hasta la ciudad la prestigiosa Agrupación Musical Virgen de los Reyes, que realizó un pasacalles y ofreció un concierto en el templo de Santo Domingo.

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Como curiosidad, el cartel de la asociación lo centra la imagen de Jesús de la Sentencia, cotitular de la cofradía victoriana que procesiona cada Martes Santo, por lo que previamente los musicos sevillanos se dirigieron al templo de Santiago, en calle Granada. En su camino hacia esta iglesia, la comitiva musical y centenares de aficionados y curiosos pararon ante un nuevo mosaico del Cristo de la Sentencia, que se aprovechó tan histórica ocasión para ser inaugurado y bendecido.

Este retablo cerámico, obra del artista malagueño Pablo Romero, viene ubicado en la pequeña plaza que se conforma en las esquinas de las calles Granada, Beatas y San Agustín, justo encima de un negocio de restauración, habiendo sido sufragado por el propietario del establecimiento y del edificio, que es gran devoto del Cristo de la Sentencia y portador del trono durante muchos años. La inauguración del mosaico se ha hecho coincidir, asimismo, con la remodelación de la fachada, en la que tras múltiples negociaciones con el Ayuntamiento, ha conseguido incluir dos colores típicos de la ciudad, uno en tonalidades albero y otro en bermejo, combinación ciertamente original y elegante, que se puede ver, por ejemplo, en el Palacio del Obispo.

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La cortinilla que tapaba el azulejo fue descorrida por el hermano mayor de la Sentencia, que se encontraba en el balcón junto al propietario del edificio, y desde abajo fue bendecido por el párroco de Santiago, en medio de una muchedumbre de cofrades, aficionados a la música, seguidores de la Agrupación Virgen de los Reyes y gente que transitaba por la calle, creándose una auténtica bulla semanasantera, por lo que podemos afirmar que ha sido el mosaico que ha tenido una bendición más multitudinaria y por su ubicación estratégica será visto y fotografiado por miles de turistas que visitan el Museo Picasso.

La obra que nos presenta Pablo Romero se basa en una fotografía típica de esta magnífica efigie que tallara en posguerra el escultor granadino José Martín Simón, en el cual nos confirma el propio artista que recrea, en parte, la cenefa del mosaico de los Discípulos de Amaús (ver pieza 308).

El mosaico, de forma rectangular para un tamaño de 0,90 x 1,20 m viene matizado por el escudo de Santiago en la parte superior, y la leyenda con la advocación del Cristo, en la inferior, que le proporciona una mayor profundidad, simulando de manera magistral una pequeña repisa. De momento, no se le ha incluido ningún tipo de iluminación.

En la paleta de colores destacan los dorados, los rojos y el fondo celestial azulado, mientras la corona de espinas provoca que unos regueros de sangre bajen por el torso moreno del Cristo, cuyo rostro viene perfectamente enmarcado en un azulejo, gracias al recorte de las piezas laterales.

Comentar, por otro lado, que en cierta medida, este mosaico viene a suplir el retablo que se rompió por las obras de remodelación de este mismo edificio, en su esquina este, que da a San Agustín. (ver pieza 449) con el que también mantiene grandes similitudes, y que esperemos que la corporación de las Penas recupere próximamente en esta misma calle, de la cual es todo un referente.

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